OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN
El portavoz de la formación ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, valoró ayer la decisión del juez Garzón de rebajar su fianza, una medida que, según dijo, «alivia» en parte la «injusticia» que sufre pero que, en cualquier caso, «sigue siendo la misma», porque disminuir «el grado de intensidad» de una injusticia no cambia que lo sea. Asimismo, el líder abertzale apuntó que esta decisión pone en entredicho el «rigor» y los «argumentos jurídicos con que se hacen las cosas en lo que respecta a la izquierda independentista». «Una injusticia no deja de ser injusticia por el grado de intensidad que se aplique», esa es la valoración que hizo Otegi en una rueda de prensa en San Sebastián de la decisión del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón de rebajar su fianza. «Parece que el que yo en vez de firmar todos los días firme dos veces al mes y en vez de tener 650.000 tenga 50.000 es poco menos que el paraíso terrenal», añadió. En este sentido, apuntó que una «injusticia sigue siendo exactamente la misma», como es su caso y el de «decenas de militantes de la izquierda abertzale que a día de hoy tienen fianzas exageradas y prohibida su actividad política».
Junto al líder de Batasuna estuvieron en la comparecencia miembros de la formación ilegalizada como Marije Fullaondo, Ainhara Armendáriz y Maite López de Heredia, las cuales han sido imputadas por la Audiencia Nacional por su presunto delito de integración en banda armada por participar en una manifestación para reclamar el derecho a la autodeterminación. En este sentido, el dirigente abertzale denunció la «gravedad» de estas imputaciones que, en su opinión, constituyen «agresiones que no por reiteradas dejan de ser graves».