EFE-BARCELONA
La escritora Elvira Lindo aseguró ayer en el pregón de las Fiestas de la Merce que Barcelona, «ciudad donde la libertad parece llevar unos pasos por delante», pertenece a su «mapa íntimo» y «que nada, ni la distancia, ni la política, ni las fronteras pueden ya borrar» este sentimiento.
Lindo, cuya elección para hacer el pregón ha sido criticada por ERC y algunas organizaciones civiles catalanas por su condición de castellanohablante, ha entrado en el salón de Cent del Ayuntamiento «escoltada» por el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, y por su antecesor en el cargo, el ministro de Industria, Joan Clos.
Tanto la entrada y como el discurso de la escritora han sido acogidos con una fuerte ovación de aplausos de la mayoría del público y de la totalidad de la corporación, a excepción de la única representante de ERC presente, Pilar Vallugera, que a pesar de haber acudido al acto por cortesía institucional, ha permanecido sentada y con las manos sobre el regazo.
Mientras tanto, en las puertas del Ayuntamiento, en la plaza de Sant Jaume, unas decenas de personas convocadas por la plataforma de defensa de la Llengua Catalana, que se habían concentrado para protestar por la elección de Lindo como pregonera y que han utilizado paraguas negros para mostrar su queja, se han enfrentado verbalmente con miembros del partido antinacionalista Ciutadans-Partit de la Ciutadania, que portaban una pancarta con la leyenda en catalán: «Todos somos Elvira Lindo».
A pesar de esta polémica de última hora, la creadora de «Manolito gafotas» ha agradecido este honor y ha asegurado que Barcelona es una de sus ciudades y que en ella se siente «como en casa», ya que considera que «un ser humano puede construir su geografía personal según el corazón le convenga» y la «geografía del corazón no es una guía turística», sino que se basa en el reencuentro con los «viejos amigos».