Los portavoces en el Congreso de los Diputados de todos los grupos parlamentarios, excepto el PP, comparecieron ayer en una rueda de prensa conjunta para anunciar la formación de «una coalición por la dignidad del Parlamento» y contra la «política tóxica» de los populares en torno al 11-M, que sólo sirve para «desprestigiar y erosionar» a las instituciones. El objetivo de este «aldabonazo» es «pararle los pies» al PP, como ya hicieron el martes en la Cámara Baja con la moción popular sobre supuestas «contradicciones» en las investigaciones de los atentados. Sin embargo, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, ya adelantó que su partido no cambiará una postura que considera «correcta y responsable» porque las acusaciones que hoy se vierten sobre los populares «son un disco que ya oímos» durante los años de Gobierno de Felipe González.
En la rueda de prensa conjunta, los portavoces reconocieron que se trata «de un hecho inusitado» que todos los grupos del Congreso (PSOE, ERC, IU-ICV, CiU, PNV, CC y Grupo Mixto) excepto el Popular suscriban una enmienda rechazando la moción que presentó el martes el PP en la Cámara Baja, pero, señalaron «que es un hecho inusitado que el principal grupo de la oposición, bajo cuyo Gobierno se produjeron los atentados más trágicos de la historia haya decidido dar credibilidad a las tesis de presuntos asesinos y haya restado credibilidad a la investigación policial y judicial».
Por parte del PSOE, Diego López Garrido quiso dejar muy claro que «el Parlamento no se puede prestar a la manipulación» del PP. Según el portavoz socialista, la coalición de los grupos parlamentarios responde a un intento de «salvar la dignidad de quienes votaron al PP, que se merecen otra política y se merecen otros dirigentes», aunque «eso es un debate que les corresponde a ellos». «Es un aldabonazo al PP para que cambie de política», sentenció Garrido.