El ministro de Defensa, José Bono, transmitió al presidente del Gobierno hace seis meses su deseo de dejar el Gobierno y hace tres le presentó su dimisión por carta, según expuso ayer durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Negó que el Estatuto catalán le haya echado de la política y se despidió reafirmando su españolidad y precisando que se siente español «hasta los tuétanos».
Admitió que el jefe del Ejecutivo le ha ofrecido varias cosas desde que le pidió que aceptara su dimisión, aunque no precisó cuáles. En cuanto a sus cargos como miembro del Comité Federal o presidente del PSOE de Castilla La Mancha, afirmó que hará lo que le diga Zapatero, a quien, anunció, va a preguntar.
Bono realizó, durante su amplia exposición inicial, una explicación de su marcha de la política, alegando deseos de estar más tiempo con su familia. «Mi decisión no se ha cocido hoy, es serena, meditada y difícil y la he tomado en favor de mi familia», expuso.
Por ello, pidió a los periodistas que respetaran su decisión y no realizaran demasiadas preguntas y en, un intento de restar importancia al hecho, afirmó que es el ministro de Defensa 427 desde 1702.
Bono rechazó que se marche por las «dificultades». «Quisiera decir de una manera clara y contundente que a mi, de la política, no me echan las dificultades», exclamó y añadió: «Entré en política en el 69 y no me echó la dictadura, a mí, el Estatuto de Cataluña no me echa de la política».
En este sentido, señaló que ya ha dicho lo que piensa del Estatuto «en los lugares en que se me ha solicitado opinión» y precisó que ésta ha sido «autónoma», dando a entender que en su partido se puede opinar aunque se discrepe. «Además, añadió que, ni en esta rueda de prensa, ni en otras ni hasta que se muera va a atacar a su partido, su Gobierno o su presidente.
Tampoco quiso desvelar los reproches que se pueda hacer como ministro de Defensa. «Aún soy ministro y me pagan por defender al Gobierno, los reproches en política de defensa que los haga la oposición», exclamó.
No obstante, Bono, quien ha criticado reiteradamente la inclusión del término «nación» en el Estatuto de Cataluña, no se quiso marchar sin reafirmar su españolidad, dejando claro que se siente español «hasta los tuétanos» y parafraseando a Indalecio Prieto, precisó que se siente «orgulloso» de su país, siente «España» en su corazón y la lleva «en el tuétano mismo».