ETA quiso hacerse presente, como ya hizo el año pasado, en el Día de la Constitución española e hizo estallar siete artefactos de escasa potencia, además de anunciar un ataque contra el aeropuerto de Santander con granadas que no se han encontrado. Cinco artefactos, de escasa potencia, estallaron después de las 15.00 horas de ayer en otras tantas carreteras de Madrid, sin que hubiera víctimas y apenas desperfectos, según informaron fuentes policiales, la DGT y la Comunidad de Madrid. Los atentados sucedieron al desalojo al mediodía del aeropuerto de Santander (reabierto a las 15.30 horas) a causa de la llamada de una mujer al diario Gara en la que avisaba, en nombre de ETA, de la colocación de un lanzagranadas, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) no han encontrado y seguirán buscando hoy. Esta madrugada, a las 3.00 horas, estallaron sendos artefactos en oficinas de Correos de Alsasua (Navarra) y Zumárraga (Guipúzcoa), que únicamente causaron daños escasos y el ennegrecimiento de la fachada, respectivamente.
Por segundo año consecutivo, ETA atenta en el Día de la Constitución. En 2004, fueron siete bombas de poca potencia en Avila, Valladolid, León, Santillana del Mar, Málaga, Ciudad Real y Alicante, que hirieron levemente a 18 personas, y tres días antes, un viernes, estallaron cinco en gasolineras de salidas de Madrid. Las explosiones de ayer en Madrid ocurrieron aproximadamente una hora después de terminar la celebración del XXVII aniversario de la Constitución en el Congreso, y se produjeron casi simultáneamente y exactamente donde había advertido ETA en llamadas a la asociación de ayuda en carretera DYA de Vizcaya y al diario Gara.Los puntos afectados fueron el kilómetro 56 de la M-40, el 25 de la M-45, el 47 de la M-50, la salida 17 de la A-2 en dirección a Zaragoza y el kilómetro 16 de la A-6 en dirección a La Coruña, según dijeron fuentes policiales. Cuatro bombas estaban en zonas despobladas, junto al arcén, y la otra había sida depositada junto a un quitamiedos de la A-6, cerca de una marquesina de autobús y una urbanización separada de la carretera por pantallas de protección sonora. Dos horas y media después de los atentados, aproximadamente, la circulación había quedado prácticamente restablecida en esos lugares, cortados con antelación, aunque persistían pequeños problemas en la A-6, la A-2 y la M-40.