El Indice de Precios de Consumo (IPC) subió el 0,6 por ciento en septiembre, con lo que la inflación acumulada en los nueve primeros meses se situó en el 2,5 por ciento y la interanual en el 3,7 por ciento, la tasa más alta desde marzo de 2003.
Estos datos, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran asimismo el aumento del 0,3 por ciento de la tasa subyacente -que excluye la variación de los alimentos frescos y la energía-, hasta el 2,5 por ciento interanual.
Los carburantes y combustibles aumentaron el 4,2 por ciento, en tanto que los productos energéticos subieron el 3,1 por ciento, hasta situar sus tasas interanuales en el 19,8 y el 15 por ciento, respectivamente.
Según el secretario de Estado de Economía, David Vegara, fue el repunte de estos productos el que más repercutió en el IPC de septiembre, al aportar «algo más de la mitad» del aumento mensual.
El grupo más inflacionista en septiembre fue el del vestido y calzado, que aumentó el 3,4 por ciento, seguido del transporte, con el 2,2 por ciento.
Las bebidas alcohólicas y el tabaco se encarecieron el 0,7 por ciento; la enseñanza, el 0,7%; la vivienda y el menaje, el 0,4%; los alimentos y bebidas no alcohólicas, el 0,2% y las medicinas, el 0,1%.