El presidente José Luis Rodríguez Zapatero cree que el meollo del Estatuto de Cataluña, desde el punto de vista político, es el debate sobre el término nación, pero «los puntos de colisión» son de naturaleza económica, mientras el PP le acusó de ambigüedad y aseguró que el texto «lleva su nombre».
Fuentes del Ejecutivo subrayaron que el meollo del Estatuto es el término nación pero también dijeron que, para ello, Zapatero tiene «muy pensada», pero también «muy guardada», la posible salida a ese punto concreto.
Además, el Ejecutivo, añadieron fuentes gubernamentales, ha observado puntos de colisión muy claramente identificados, como los relativos a la ordenación económica, la unidad de mercado (elemento considerado fundamental por Zapatero), posiblemente la Seguridad Social y los aeropuertos y ha identificado cuestiones que han de modificarse como la financiación, las competencias y la relación entre Estado y Generalitat.
La secretaria de Política Autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó la «ambigüedad» de las palabras del jefe del Gobierno y dijo que «ahora no puede decir que se reflexionará» sobre un texto «que lleva su nombre». La dirigente popular acusó a Zapatero de haber organizado «este lío mayúsculo» y aseguró que «la vía catalana es un producto» suyo.
El presidente catalán, Pasqual Maragall, se mostró esperanzado por que el Congreso apruebe «lo esencial» del nuevo Estatuto, que ve «constitucional», y no concibe que pueda ir «contra el interés general». Mientras, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán Lleida, retó al presidente del Gobierno a aceptar el Estatuto aprobado por el Parlamento, un texto «constitucional» votado por el PSC y apoyado por el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla.