Los partidos catalanes prosiguieron ayer las reuniones con el objetivo de lograr un acuerdo que haga posible la aprobación del Estatuto, aunque a diferencia de días anteriores, han acercado posiciones en algunos puntos conflictivos y han expresado su confianza en la posibilidad de consensuarlos.
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, dijo estar «francamente confiado» en que CiU dará su apoyo al Estatuto, «porque tengo la impresión de que ha asumido la importancia del momento».
Ha negado, sin embargo, que los avances en las negociaciones se deban a un pacto con CiU para no convocar elecciones anticipadas cuando se apruebe la reforma estatutaria, y ha asegurado que «hay una predisposición por parte de todos los partidos» para «llegar a un acuerdo».
Fuentes cercanas a Maragall y al líder de CiU, Artur Mas, han confirmado que, en la conversación telefónica que ambos dirigentes mantuvieron ayer, se comprometieron a seguir trabajando para conseguir una propuesta de financiación conjunta, que es el gran escollo a superar para que el Parlament apruebe el Estatut el próximo día 30.Pese al punto de inflexión que puede haber supuesto este último contacto, desde CiU se pidió «prudencia» y «discreción» con el objetivo de asegurar que las conversaciones con el tripartito sean los más fructíferas posibles.
Según el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, los «movimientos» del PSC en las últimas horas en la negociación del Estatut abren «expectativas» de acuerdo, si bien ha advertido de que sólo podrá haber pacto final si los socialistas aceptan el modelo de financiación de los convergentes.
Después de que la ponencia del Estatut se reuniera de nuevo ayer, desde el PSC, Miquel Iceta afirmó que observa mayor «voluntad de acuerdo» en CiU y ofreció pactar un nuevo redactado sobre financiación para que ninguna formación política pueda atribuirse finalmente la «paternidad» del modelo definitivo.
Según Iceta, más que presentar una «contrapropuesta», los socialistas «estamos haciendo algo mejor», que pasa por consensuar unos objetivos en financiación y, a partir de aquí, encontrar «la mejor fórmula», que no debe identificarse como la propuesta de una u otra formación política.
Los representantes de ERC e ICV-EUiA han admitido haber acercado sus posturas con CiU en materia de financiación con unos «tanteos» y «aproximaciones» que aún no se han traducido en acuerdos concretos.