El final del terrorismo, una hipotética negociación con ETA y los contactos con Batasuna siguen en primera línea de la actualidad política. Varias informaciones publicadas ayer hablan de contactos del Gobierno con Batasuna para que exija a la banda terrorista que deje las armas, que la dirección etarra podría anunciar una tregua dentro de los tres próximos meses, e incluso que un intermediario con ETA habla de una gestión «fructífera».
Pero el Gobierno mantiene el mismo discurso. La banda terrorista debe abandonar la violencia y Batasuna condenar el terrorismo. Fuentes gubernamentales explicaron que se «mantiene la ineludible exigencia de abandono definitivo de las armas por parte de ETA y también la necesidad de condenar la violencia para todos aquellos que quieran participar en la vida democrática de nuestro país». Éste es el doble mensaje que el Gobierno sigue lanzando a la banda terrorista por un lado y a Batasuna por otro.
Varias informaciones han obligado a que desde el Ejecutivo se tengan que desmentir, una vez más, contactos con el entorno etarra. «El Gobierno nunca se regirá por especulaciones, sino por hechos, en todo aquello que se refiere a la lucha contra el terrorismo, por lo que no entra a valorar ninguna de las informaciones periodísticas», se explica.
Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, insistió en que «la única vía válida, como se ha demostrado a lo largo de los últimos años con el debilitamiento de ETA», es la que marca el Pacto Antiterrorista. «No hay más negociación con ETA posible, si el Estado quiere respetarse a sí mismo, que el abandono definitivo de la violencia por parte de ETA y su desaparición», concluyó.
La portavoz de Justicia del PNV en el Congreso, Margarita Uría, aseguró que su partido «siempre» ha defendido la posibilidad de «aprovechar todos los resortes, hablar todos con todos y posibilitar este tipo de resortes», pero es algo que sólo podría funcionar si ETA «de una vez» deja la violencia.