La pretensión del Josep Lluis Carod-Rovira de que el Congreso de los Diputados apruebe el Estatut que salga del Parlament punto por punto incluyendo únicamente modificaciones técnicas, no es una aspiración que compartan todos los socios del Gobierno tripartito catalán.
De hecho, hace dos días, el presidente de ICV y conseller de Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, afirmó que, salvo algunas cuestiones esenciales irrenunciables, «no se puede pretender que el Estatut que salga de Cataluña sea aprobado literalmente y sin ninguna modificación».
Mientras, los republicanos emplazaron a PSC y CiU a negociar y a acercar sus posturas «desde ahora, incluso sin esperar el dictamen del Consell Consultiu» sobre el texto.
Según Saura, las palabras del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando aseguró que aceptaría el Estatut que salga del Parlament «se refería a los aspectos globales y esenciales».
El líder de Iniciativa per Catalunya-Els Verds consideró como aspectos irrenunciables el sistema de blindaje de competencias, los nuevos derechos de la ciudadanía catalana, la igualdad jurídica del catalán y el castellano y la mejora de la financiación.No obstante, Saura indicó que no es viable blindar todas las competencias que recoge el Estatut a través de los derechos históricos, tras lo que señaló que, «si pedimos unas treinta competencias y se nos demuestra que hay tres, cuatro o cinco que no pueden ser, por mi parte no habría problema».
Además, Saura afirmó que la negociación ya lleva demasiado tiempo en marcha -cerca de 18 meses- y que los ciudadanos empiezan a estar cansados. Mientras, el portavoz de ERC en el Parlament, Joan Ridao, urgió a PSC y CiU a acercar posturas y comenzar sus negociaciones en torno a la nueva financiación y los derechos históricos cuanto antes, sin esperar incluso el dictamen del Consell Consultiu de la Generalitat. Además, propuso que financiación y derechos históricos se negocien en el mismo paquete, porque es lo que «hoy por hoy hace inviable el acuerdo».