Unas 1.000 personas -según la Guardia Urbana de Barcelona- se manifestaron ayer tarde en el barrio barcelonés de Gràcia para protestar contra la violencia registrada durante los últimos días, en el transcurso de las Fiesta Mayor del distrito. Encabezaron la manifestación representantes de las 22 calles del barrio impulsoras de las fiestas, que marcharon tras una pancarta con el lema «La fiesta no es violencia».
En el centro de la cabecera de la manifestación, flanqueado por 11 representantes de las calles del barrio a cada lado, se situó el presidente de la Federación de la Fiesta Mayor, Albert Torres. Al finalizar la marcha, se colgó la pancarta con el lema de la manifestación en el edificio del Ayuntamiento de Barcelona.
Los manifestantes, que en su mayoría eran vecinos del barrio, se concentraron a las 18 horas en los Jardinets y marcharon durante unos tres cuartos de hora por las calles Gran de Gràcia y Goya, la plaza Rius i Taulet, la calles Diluvi, Torrent de l'Olla y Tordera.
El principal objetivo de la marcha, que se desarrolló sin incidentes y en la que se repitieron lemas como «Fiesta sí, violencia no», fue protestar por los destrozos provocados en el mobiliario urbano y en los decorados de algunas de las calles. La calle Tordera, cuyos adornos -galardonados con el segundo premio- recibieron la peor parte de los destrozos, fue el punto final de la marcha.
Entre los manifestantes, estuvieron presentes el concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez, y el alcalde accidental de la ciudad, Ferran Mascarell, así como el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Cornet. Martínez y el presidente de la Federación de la Fiesta Mayor reivindicaron el «éxito abrumador» de las fiestas e intentaron «separar» ese éxito de los «actos vandálicos» de las últimas noches.