El pleno del Senado vetó ayer con 131 votos -mayoría absolutael proyecto de ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, un rechazo que apoyaron todos los senadores del PP, cuatro de CiU y el parlamentario del Partido Aragonés, J.M. Mur.
El texto se remite ahora al Congreso, donde es previsible que la mayoría absoluta de los diputados apoye el próximo jueves 30 de junio el proyecto para levantar el veto, con lo que la ley se aprobaría definitivamente ese día.
El veto del PP no se llegó a votar, porque el pleno aprobó antes el del senador de Unió Democrática de Catalunya, Jordi Casas, que contó con 119 votos en contra y dos abstenciones.
Casas, consideró una «lástima» haber llegado a ese punto y advirtió al Gobierno del «grave error» cometido que «pagará toda la sociedad».
Para su partido, el matrimonio es una «institución básica de la sociedad»: la unión estable de un hombre y una mujer «basada en la alteridad, la diferencia y la complementariedad» entre ambos.
Tras recordar que sólo Bélgica y Holanda reconocen el matrimonio de personas del mismo sexo, con lo que el 95 por ciento de los europeos ha elegido la «opción democrática» de no regularlo, defendió una ley para las «uniones estables de pareja» con consenso parlamentario y social.Rechazó también la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, ya que el objetivo de la adopción, destacó, es reconocer los efectos jurídicos y biológicos de la filiación humana, con un referente paterno y materno.
Rosa Vindel defendió el veto del PP y mostró su «absoluto rechazo» a la fórmula elegida por el Gobierno, que podía optar por solución «más pacífica, prudente y sensata». Tras considerar que el matrimonio «es heterosexual o no es», porque sino habría que reformar la Constitución, acusó al Ejecutivo de no escuchar a los órganos consultivos.
Afirmó que esa adopción es «contraria» a la protección que los poderes públicos deben otorgar a los niños, avanzó que varios países ya han anunciado que no la permitirán y señaló que en España hay más parejas heterosexuales con deseos de adoptar que niños, por lo que «no es necesario» que haya nuevas fórmulas.