Familias de toda España se congregaron ayer en Madrid para protestar por el matrimonio entre homosexuales, en una multitudinaria manifestación a la que asistieron los dirigentes populares Angel Acebes y Eduardo Zaplana y el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Bajo el lema «La familia sí importa», unas 166.000 personas, según la Delegación del Gobierno de Madrid, 700.000 de acuerdo con la Comunidad de Madrid, y hasta millón y medio según la organización convocante, el Foro de la Familia, recorrieron la calle de Alcalá desde la Plaza de la Cibeles y confluyeron en la Puerta del Sol para la lectura de un manifiesto.
El texto lo leyó la periodista Cristina López Schlichting, quien pidió la retirada de la ley que permite el matrimonio entre homosexuales, ahora a trámite en el Senado, por considerarla un atentado contra la «institución familiar». Organizados e instruidos por megafonía, bajo un intenso calor y en un ambiente festivo, con música, globos y confeti, los manifestantes escucharon las demandas del Foro en boca de la periodista de la COPE, cadena de radio que retransmitió en directo el evento.
En el manifiesto, el Foro exigió también una regulación de la adopción que garantice el «derecho del niño a tener una madre y un padre», una frase muy repetida en las pancartas y los lemas de esta manifestación. «Cómo se nota que el niño no vota», «No a la guerra... contra la familia», eran algunas de las leyendas en las pancartas. Otras estaban dedicadas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: «sonriente, sonriente, este señor complaciente no tiene nada bueno en la mente» o «ZP: somos más de los que crees».
No faltaron, como pedían los organizadores, numerosas banderas de España y de muchas comunidades autónomas, y carteles con lemas religiosos como «Dios es solidaridad», «La familia es compromiso, esperanza y solidaridad» y «La familia, santuario de la vida». El cardenal Rouco Varela, que llegó acompañado de sus tres obispos auxiliares, fue recibido con una gran ovación y se situó entre la primera pancarta, portada por los convocantes, y la segunda, donde se situaron los dirigentes populares.