El Gobierno aseguró ayer que ante un hipotético diálogo con ETA deber tener «la seguridad contrastada» de que la banda terrorista ha dejado las armas, mientras que el PP insistió en que al terrorismo se le combate y gana con los instrumentos del Estado de Derecho y la Ley.
ETA atentó este mediodía en el aeropuerto de Zaragoza con el lanzamiento de dos granadas que no causaron daños personales. Estos hechos vuelven a poner de manifiesto, según la Asociación de Víctimas del Terrorismo, convocante de la manifestación del pasado sábado en Madrid contra un hipotético diálogo con ETA, «la voluntad de los asesinos de continuar propagando el terror»; por su parte, la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo lamentó que ETA «siga actuando».
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recalcó que el Ejecutivo tendrá que constatar que, por parte de ETA, «ha habido un abandono definitivo de la violencia, no solo la voluntad, y eso se tiene que producir de forma visible y clara».
Agregó que el objetivo fundamental del Gobierno «es acabar con el terror, que ETA deje de matar» y subrayó que el Ejecutivo no ha modificado su política antiterrorista. El ministro de Defensa, José Bono, consideró que el atentado pone de manifiesto que ETA «no deja las armas» y que los terroristas «deben perder toda esperanza si creen que, pistola en mano, va a haber alguna posibilidad de hablar».