Una multitudinaria manifestación organizada por la Asociación Víctimas del Terrorismo para exigir al Gobierno que no negocie con ETA y bajo el lema «Por ellos, por todos, negociación en mi nombre no» recorrió ayer las calles de Madrid. El número de asistentes fue cifrado en un millón de personas por la AVT y por la Comunidad de Madrid, y en 240.000 por la Policía Nacional. Los manifestantes hicieron el recorrido entre miles de banderas de España y de las distintas Comunidades Autónomas, entre ellas dos enseñas gigantes de España y Euskadi. La marcha, que comenzó a las seis de la tarde en la calle Príncipe de Vergara esquina con López de Hoyos para terminar en la Plaza de la República Dominicana, dos lugares marcados por terribles atentados terroristas, se desarrolló sin incidentes y a marcha lenta debido a la masiva afluencia de asistentes, que contaron con un dispositivo de 500 policías y un servicio de seguridad interno.
Se escucharon gritos como «Embustero Zapatero» y peticiones constantes de dimisión tanto del presidente del Gobierno, como del Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, que no asistió a la manifestación. «Derrotar a ETA por la libertad», «Negociar es claudicar», «ETA=Mafia» o «España unida jamás será vencida» eran otras de las consignas que portaban los manifestantes. La manifestación se compuso por tres cabeceras. Una primera de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, bajo el lema «Por ellos, por todos, negociación en mi nombre no», portada por su presidente, Francisco José Alcaraz. Unos metros por delante de esta cabecera se situaban algunas víctimas en sillas de ruedas, como Irene Villa. Los políticos como Mariano Rajoy, Àngel Acebes o Eduardo Zaplana se agrupaban en una segunda cabecera, bajo el lema «Libertad con dignidad». Pero José María Aznar, que acudía como víctima del terrorismo, se situó unos metros más atrás mezclado con la gente y acompañado por su familia. La tercera cabecera estaba formada por unos treinta colectivos cívicos como el Foro de Ermua o la Fundación Miguel Angel Blanco.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, destacó el «enorme éxito» de la manifestación. Rajoy fue recibido, al igual que Aznar, entre aplausos y gritos de «presidente, presidente» y «España merece otro presidente». Alcaraz destacó que «el negociar con los terroristas será dejar sin sentido la muerte de nuestros familiares, el sufrimiento de nuestros heridos y el sacrificio de las personas amenazadas, será una traición». Horas antes, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que todas las víctimas del terrorismo siempre estarán «en el corazón y la memoria de los españoles».