EFE/SANTIAGO-MADRID
El Gobierno insistió en que ETA debe disolverse para hacer posible
el diálogo y dijo que, en cualquier caso, «antes, durante y después
va a funcionar el Estado de Derecho», en referencia al
encarcelamiento de Otegi. En la conferencia de prensa posterior a
la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del
Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró, que «no hay
ningún tipo de contacto, ni ningún mensajero del Gobierno para
contactar con nadie», en referencia a una posible toma de contacto
con ETA.
De la Vega contestaba así al líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, quien sugirió que el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, era el interlocutor del Gobierno en el supuesto diálogo con la banda terrorista. La vicepresidenta reiteró que el mensaje «único y unívoco», tanto de la resolución aprobada por el Congreso el pasado día 18 para un posible diálogo con ETA, como de las declaraciones del Ejecutivo español es que la banda terrorista debe dejar de matar, abandonar las armas y disolverse e insistió en que esas son las condiciones que establece el Gobierno «para iniciar algún tipo de contacto».
En el mismo sentido se pronunció el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, quien insistió en que el Gobierno está dispuesto a trabajar por la paz y a «agotar todos los instrumentos legales para acabar con el terrorismo», pero siempre con la condición de que antes de abrir un proceso de diálogo con la banda armada, ésta abandone primero la violencia. Blanco, que criticó la reacción del Ejecutivo vasco al encarcelamiento de Otegi diciendo que no comprende «cómo la aplicación de la ley puede poner en tela de juicio la decisión que tiene el Gobierno de trabajar por la paz», pidió al ex parlamentario de Batasuna «que le diga a ETA que abandone las armas» y añadió que «ése es el mensaje que esperamos de Otegi».