Después de casi una semana de polémica en torno a la desafortunada fotografía en la que el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, bromeaba colocándose una corona de espinas y el president de la Generalitat, Pasqual Maragall, le seguía el juego haciéndole una foto, ayer este último pidió perdón ante el Parlament por la estupidez que supuso la escena. Respondía así a los ataques de CiU y PP, pero sobre todo del líder de los populares catalanes, Josep Piqué, que le pidió que deje de comportarse «como un turista despistado» y que «destituya a los responsables, porque si usted pudiera destituirse a sí mismo también debería ser destituido».
El Parlament dedicó ayer un monográfico a la polémica suscitada en torno al viaje que Maragall, Carod y el conseller de Economía y Finanzas, Antoni Castells, hicieron a Israel y las polémicas por «la guerra de banderas». Maragall no tuvo inconveniente en disculparse nuevamente por la foto, pero advirtió que no admitirá «una estupidez» como la de la foto «que no venía a cuento de nada» para «minimizar los objetivos del viaje».
Así, «el prestigio de Catalunya no depende de una foto», defendió y sostuvo que la imagen de la Comunidad en Israel, Palestina y Jordania «es muy buena», destacando que «nunca habíamos estado en Oriente Medio ni en el Mediterráneo con tanta fuerza» como desde que el tripartito está en el Gobierno. Es más, aseguró que «los frutos políticos del viaje se podrán ver en noviembre», durante la Cumbre Euromediterránea de Barcelona. Maragall respondía así con tal contundencia a los ataques de CiU y PP, aunque fue el presidente de los populares quien cargó con más dureza contra el president catalán. Le recomendó también que «baje de la estratosfera» y admita que su política de proyección exterior es «un auténtico desastre» plagada de «improvisaciones, sin profesionalidad ni criterios claros» además de «perderse en medidas de consumo interno por intereses partidistas poco compatibles con el rigor que requiere la acción internacional».Irónico, Piqué felicitó a Maragall por su «contribución al movimiento ecuménico», ya que «difícilmente se puede encontrar más sintonía entre las religiones monoteístas del mundo que a la hora de criticar lo que usted ha protagonizado». El presidente de CiU, Artur Mas, ha pedido a Maragall que haga una «reflexión personal sobre cómo debe ejercer la Presidencia de la Generalitat», al tiempo que ha citado la «gran descoordinación» en el tripartito sobre la línea eléctrica de alta tensión.