EFE-MADRID/BARCELONA
El Gobierno se desmarcó ayer de la propuesta del tripartito catalán
para un nuevo modelo de financiación autonómica, que recibió esta
jornada otro aluvión de críticas desde diferentes partidos y desde
los Gobiernos de varias comunidades autónomas. La vicepresidenta
del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que la
propuesta de financiación autonómica de la Generalitat «no va en la
dirección que nosotros buscábamos», pero es sólo «una propuesta
para debatir».
Fernández de la Vega señaló que ésta es «susceptible de negociación junto a la totalidad del proyecto del nuevo Estatuto». Mientras, el Gobierno catalán defendió su modelo y mostró, pese a reconocer que suscita recelos, la voluntad de negociar con el resto de autonomías, mientras que los sindicatos y las patronales de Catalunya valoraron la fórmula de la Generalitat.
El primer consejero, Josep Bargalló, afirmó que «no quiere imponer un modelo a nadie» y defendió que es justo y equitativo y no va en contra de ninguna Comunidad. La Generalitat propone incluir en el Estatuto un nuevo modelo de financiación autonómica de «inspiración federal» con una agencia tributaria propia consorciada o coordinada con la estatal y la recaudación y capacidad normativa sobre todos los impuestos, con una cesión al Estado no superior al 50 por ciento.
El secretario general del PP, Angel Acebes, anunció que pedirán la convocatoria de un Pleno monográfico en el Congreso para que el Gobierno explique qué rumbo quiere poner en las reformas estatutarias ante el «gran follón» y «desbarajuste» que se vive en España y para saber si mantiene su promesa de aceptar todas las propuestas de cambio que aprueben los Parlamentos autonómicos. En su opinión, la propuesta de financiación es «insolidaria» con el resto de Comunidades, fomenta las «desigualdades», pone en cuestión la «propia existencia de España» y «quiebra la convivencia», despertando las críticas «incluso en el PSOE».También el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, la rechazó porque «va más allá del federalismo» y «pone límites a la solidaridad» entre las Comunidades Autónomas. En cambio, Dolors Camats, portavoz de ICV -el socio catalán de IU que forma parte del tripartito- calificó de «precipitado» el rechazo de IU y aseguró que la propuesta apuesta por «la solidaridad, porque se trata de garantizarla en el futuro», bajo un modelo de «federalismo fiscal».