El principal acusado en el juicio a 24 presuntos miembros de la célula de Al Qaeda desarticulada en España tras el 11-S, Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, dijo que no es seguidor de la doctrina de Osama Bin Laden y que no supo de la existencia de esta organización hasta después de ser detenido.
En la tercera sesión del «macrojuicio» que la Audiencia Nacional celebra en un pabellón de la Casa de Campo de Madrid, Abu Dahdah, para quien el fiscal solicita 62.512 años de prisión, dijo al ser preguntado por un libro sobre Bin Laden intervenido en el registro de su domicilio que no es seguidor de su doctrina y que no le había visto en su vida. «Me gusta leer sobre el mundo musulmán y los conflictos. Me gusta ver la otra cara de la noticia que la de los medios de comunicación» prosiguió el acusado para después insistir en que «no tengo que ver con Osama Bin Laden. Eso no existe y no es real».
También aseguró que la primera vez que oyó hablar de la organización Al Qaeda fue cuando lo vio en el sumario en el que está procesado, y añadió que tampoco conoce a ninguno de la quincena de dirigentes de la misma que aparecen en él.
Barakat volvió también a negar que se dedicara a adoctrinar para la «yihad» (guerra santa) y aseguró que «jamás he hecho una conferencia o ceremonia para hablar de yihad», que definió, a preguntas del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, como el acto de defenderse, la legítima defensa.
Estimó además que lo que puede haber incidido para que exista esa acusación contra él es que «soy una persona que apoya sentimental y moralmente a la gente en conflictos como en Bosnia, Palestina o Chechenia, a los pueblos agredidos». Por la tarde, y de nuevo a preguntas del presidente de la sala, el acusado amplió su concepto de «yihad» y admitió que la defensa se hace con fuerza, «con armas y con todo». Matizó que si con ello se vulnera uno de los principales preceptos de Mahoma, y que consiste en que «cuando existe enfrentamiento (Mahoma) dice no matar niños, mujeres, hombres indefensos, religiosos y no derribar casas», entonces hay que aplicar otra máxima del profeta que es «muerde un tronco de madera y siéntate» (para evitar hacer lo prohibido).