El acuerdo que la Generalitat ha alcanzado con los vecinos que han perdido su piso, la próxima reapertura al tráfico de la calle de Llobregós, el reinicio de las inspecciones en las viviendas y la consolidación del terreno de El Carmel aproximan la situación de este barrio hacia la salida de su crisis, a la espera de que los demás vecinos desalojados logren también un pacto.
La Generalitat confirmó ayer que los terrenos se han consolidado tras el relleno de hormigón en el túnel de maniobras, por lo que la calle de Llobregós, una de las arterias principales del barrio se reabrirá mañana al tráfico. Por su parte, el consejero de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat, Joaquin Nadal, ha anunciado que hoy podrían empezar las inspecciones que permitirán a unas 500 personas desalojadas de sus viviendas regresar a sus casas.
En el caso de las 34 familias que se han quedado sin casa, ayer se alcanzó un acuerdo que establece que las familias afectadas obtendrán un piso nuevo, cuyo valor será superior en 30.000 euros al que resulte de la tasación de los que poseían efectuada por el Colegio de Arquitectos de Cataluña.
Además, cada familia percibirá 70.000 euros por el contenido de sus pisos, más 10.000 adicionales por persona a partir del segundo miembro de la unidad familiar, mientras que la indemnización por daños morales será de otros 30.000 por cada una de las personas afectadas.
Los vecinos a los que no se ha derribado su casa han mostrado su disconformidad ante los acuerdos porque se sienten «marginados» en cuanto a compensaciones por daños morales.