EFE-RABAT
El rey de España dijo ayer en Rabat, ante el Parlamento de
Marruecos, «recinto en el que palpita el auténtico sentir del
pueblo marroquí», que «la forma de combatir el terrorismo no puede
ser ciega ni indiscriminada». Esa lucha debe hacerse, en opinión de
don Juan Carlos, «desde la razón que asiste a nuestras sociedades,
con los instrumentos del Estado de Derecho y del Derecho
Internacional».
Los Reyes, en su segundo día de estancia en Marruecos, viajaron desde Marraquech a Rabat, la capital política y financiera del Reino, donde don Juan Carlos habló en una sesión conjunta de las dos Cámaras de Representantes y Consejeros, que forman su Parlamento.
Fue un discurso largo, denso, que fue aplaudido por los parlamentarios cuando el Rey se refirió al conflicto en el Sáhara y para agradecer a los marroquíes que viven y trabajan en España, más de cuatrocientos mil, su «importantísima contribución al desarrollo económico y social» de nuestro país.
A este respecto recordó el creciente esfuerzo de regulación que hace España, y manifestó que el respeto a las normas de inmigración y laborales «es indispensable para el país receptor». Pero lo es también «como garantía para gozar de la plenitud de los derechos sociales» que corresponden a esas personas, añadió.
En su discurso invitó a los dos países a «un reencuentro en el terreno del nuevo milenio» presidido por «la comprensión y la solidaridad como valores supremos, para aunar esfuerzos -recalcóen la conquista de un futuro de provecho compartido» por los dos pueblos.Deseo que, como recordó, ya hizo durante la visita de Estado que el Rey Mohamed VI realizó a España en 2000.
Ante la «gravedad y virulencia inusitadas» que el terrorismo ha adquirido hoy en el mundo, cuyas «brutales vivencias» han sufrido ambos países, el Rey consideró «imprescindible» el reforzamiento de la cooperación internacional.