Representantes del Gobierno y de los principales partidos políticos se mostraron ayer recelosos ante el contenido del comunicado de ETA y coincidieron en puntualizar que lo que anhela la sociedad es que la organización terrorista deponga las armas y renuncie a la violencia. Representantes de algunas formaciones nacionalistas consideraron sin embargo, que el comunicado es un paso adelante y una oportunidad que el Gobierno no debe desaprovechar.
El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, dijo en San Sebastián que el único comunicado que espera de ETA es el que diga «dónde y cuándo entrega las armas». El ministro de Defensa, José Bono, advirtió de que, aunque parece que el comunicado de ETA «no es una carta bomba», puede ser «una carta-trampa» porque «la palabra de los terroristas y los asesinos no deben encandilarnos». Así, recomendó escuchar «con extraordinaria prudencia» cualquier comentario» al respecto, y recordó que ya hubo una tregua cuando se acercaban las elecciones vascas «y ya sabemos cómo acabó».
Desde el PP, su portavoz en el Parlamento Vasco, Leopoldo Barreda, advirtió de que el comunicado de ETA «desmiente cualquier hipótesis sobre un cambio de escenario» en el entorno de la izquierda abertzale y «pone las cosas en su sitio». El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, consideró que el comunicado demuestra que se está configurando un nuevo escenario político en el País Vasco, aunque recomendó al Gobierno no dar ningún paso hasta que Batasuna se desmarque de la violencia y ETA declare una tregua definitiva.La presidenta de Eusko Alkartasuna afirmó que la organización terrorista «lo que debe hacer es oír a la sociedad vasca» y «dejar las armas» y calificó de «absolutamente inaceptable» el comunicado de ETA porque «sigue hablando de la autoría de atentados» y, por tanto, «de que vulnera los derechos humanos».
El portavoz de CiU en el Congreso y secretario general de la federación nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó que no hay que «desaprovechar» oportunidades para dialogar y lograr la paz en el País Vasco, siempre que ETA cese la violencia.