Todos los partidos reaccionaron ayer a los encuentros mantenidos por Zapatero con Rajoy e Ibarretexe. ERC advirtió anoche que «sería incompatible un pacto entre PP y PSOE para limitar las aspiraciones legítimas de los pueblos del Estado con un acuerdo parlamentario estable con ERC». Esquerra emplaza al PSC, con el que gobierna la Generalitat, a «hacer valer su fuerza en Madrid para evitar que el PSOE pacte con la derecha e institucionalice un frente nacional español», que calificó de peligroso.
CiU lamentó el «grave error» del PSOE al aceptar un acuerdo con el PP para «frenar» cualquier cambio autonómico y ha pedido a José Luis Rodríguez Zapatero que «abra una ronda de consultas» con todos los líderes parlamentarios. Por su parte, el líder de IU, Gaspar Llamazares, considera que el acuerdo alcanzado por Zapatero y Rajoy es un «retroceso» que resulta «excluyente» para las minorías , por lo que propone como alternativa un foro plural con sede en el Congreso.
El Gobierno vasco y el PNV han mostrado su decepción por la negativa del presidente del Gobierno a negociar el Plan Ibarretxe. Tanto el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, como presidente peneuvista, criticaron lo que entienden como una «cerrazón» por parte del jefe del Ejecutivo. Azkarraga, de hecho, insistió en que estamos inmersos en un proceso «imparable» que concluirá con la anunciada consulta al pueblo vasco.
Por su parte, el Gobierno consideró que Zapatero demostró en su reunión con el lehendakari que «de sobra sabe y puede defender el orden constitucional», mientras que el PP criticó la intervención de Ibarretxe que vino a Madrid «a mentir y engañar» para «distorsionar la verdad».
En opinión del secretario de organización del PSOE, José Blanco, Ibarretxe entendió tras entrevistarse con Zapatero que su plan «no se aprobará» porque «divide y no genera consenso» y emplazó al lehendakari a «retirar el plan y empezar el diálogo con las fuerzas políticas vascas».La intervención del lehendakari también recibió las críticas del secretario general del PP, Angel Acebes, por «envolverse en una cara amable» durante su encuentro con Zapatero y no decir «nada» del apoyo que ETA dio a su plan.
Las referencias del lehendakari al proceso de reforma del Estatut en Catalunya para defender su plan también generaron discrepancias en CiU y el gobierno catalán -PSC, ERC e ICV-.