El ciudadano sirio afincado en Irún (Guipúzcoa) detenido en la noche del miércoles por la policía está presuntamente vinculado con varios de los implicados en el 11-M, con los que compartió teléfono móvil o mantuvo otros contactos. Agentes de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía arrestaron al sirio Adman Waki, de 28 años, y al egipcio Ahmed Ibrahim Kassem, de 27, por orden del juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, y efectuaron diversos registros en los que se intervino diversa documentación.
El ministro del Interior, José Antonio Alonso, informó de que Waki está presuntamente vinculado con cinco de los implicados en el 11-M, entre ellos Jamal Ahmidan «el Chino» y Serhane Ben Abdelmajid «el Tunecino», considerados coordinadores del grupo que ejecutó los atentados.
«La policía entiende que es una persona importante en la estructura de comisión de los atentados del 11-M», dijo Alonso, quien precisó que se investiga la relación del otro detenido con la masacre de Madrid.
Fuentes de la investigación dijeron que el egipcio fue detenido por su relación de amistad con Waki, con quien además era socio en un negocio de carnicería en Irún.