El ex secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, admitió ayer, en su comparecencia en la comisión del 11-M, que lo ocurrido en Asturias con la trama de explosivos no es un ejemplo de eficacia policial, sino más bien «un desastre», aunque también aseguró que no tuvo datos sobre ella hasta después de los atentados. A estas alturas, el «número dos» de Acebes todavía cree que no se puede descartar la autoría de ETA o de elementos incontrolados de la banda terrorista.
«Nunca se mintió. No hubo en esos días la más mínima manipulación. Yo, que como secretario de Estado era el más informado del Gobierno, tenía un caos de ideas claras en el mejor de los casos», explicó Astarloa.
Astarloa se manifestó especialmente molesto por el rumor de que el Gobierno quiso suspender las elecciones y preparó los documentos para que los firmara el Rey. «Es una de las maldades más increíbles, lamentables y dolorosas», sentenció.
Astarloa compareció ante la comisión durante casi siete horas. En ese tiempo quiso dejar claro es que fue «un desastre» y «un disparate» la forma en que se gestionó la información que había llegado a la Guardia Civil por parte de algunos confidentes sobre la trama asturiana. Pero también dijo que, personalmente, no tuvo conocimiento de estos hechos, «ni la menor idea», antes de los atentados y por eso consideró «injustísimo» que se le impute esta situación.Según explicó, la primera noticia sobre esos «personajes» la tuvo el día 19 de marzo, cuando la policía habla de «un moro», que no es otro que Rafá Zouhier, que puso en contacto a «un drogata», Suárez Trashorras, con los que podrían haber cometido el atentado.
Astarloa sigue creyendo que ETA o elementos incontrolados de la banda pueden tener alguna relación con la masacre de Madrid. «Quedan muchas cosas por saber», dijo. Achacó esa creencia a «casualidades» como las noticias sobre la furgoneta de ETA interceptada en Cuenca con una foto de Mieres, donde la banda podía tener un piso franco, o que el mismo comando de ETA que intentó trasladar a Madrid 900 kilos de explosivos colocase en Santander un coche-bomba robado en la calle donde vivía Suárez Trashorras. «No tengo una tesis, sino una hipótesis».
Según relató, en la primera reunión que presidió en la mañana del 11-M, «casi todo el mundo» concluyó que había sido ETA, aunque admitió que hubo dudas por la magnitud de la tragedia o por no haber avisado previamente como suele hacer la banda terrorista. Astarloa confesó que no empezó a pensar en la vía islamista hasta el día 14 o el 15.