El presidente del comité de gobierno de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, reafirmado en su liderazgo tras el congreso de este fin de semana, destacó ayer la «importancia» de defender una CiU «heredera del espíritu y la praxis integradora» que imprimió Jordi Pujol.
En su discurso de clausura del XXIII congreso del partido, en el que ha salido reelegido con el 91% de los votos y que ha logrado situar en los puestos de dirección a los 21 miembros de su candidatura, Duran aseguró que el cónclave ha servido para «reafirmar nuestra ideología y nuestra centralidad política».
«Nadie nos moverá de donde estamos ni desfigurará lo que somos», proclamó Duran, quien dijo que Unió «no reniega» de sus convicciones ideológicas aunque no tiene «interés en reafirmarse para contraponerse» a CDC.
«UDC no está lista para morir, sino todo lo contrario, está llena de vida», recalcó Duran, en claro mensaje a las voces en CDC que piden superar la fórmula de federación.
«Yo no puedo liderar ningún proyecto político con cuyos planteamientos no esté de acuerdo», señaló Duran, quien había advertido antes del congreso que dimitiría si las bases optaban por el 'no' a la Constitución Europea, algo que no ha ocurrido.
Respecto al nuevo Estatut, Duran lamentó que el debate esté «viciado de origen» ya que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, «lo planteó en la anterior legislatura con el único objetivo de hacer daño» a CiU y adquirir «credibilidad catalanista». Asimismo, instó a Unió a defender los valores cristianos ante la «beligerancia» laicista del Gobierno central y tripartito.