El IPC subió el 0,2% en septiembre, con lo que la inflación acumulada desde enero se situó en el dos por ciento, objetivo marcado para el conjunto del año, y la tasa interanual se redujo una décima hasta el 3,2%, según el Instituto Nacional de Estadística.
La tasa de inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos frescos y de la energía, también se incrementó el 0,2% y mantuvo su tasa de los últimos doce meses en el 2,9.
Tras conocer estos datos, el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, los calificó de «francamente buenos» en un entorno complicado y confió en que «se vaya absorbiendo de forma progresiva el impacto del petróleo sin repercutir en los precios».
En septiembre, el grupo más inflacionista fue el de vestido y calzado, con una subida del tres por ciento, debido al fin de las rebajas, seguido de enseñanza (0,8 por ciento), por el comienzo del curso escolar, y de vivienda (0,2 por ciento), el alza del gasóleo para calefacción, menaje, transporte y otros bienes y servicios (0,2 por ciento).También subió el precio de medicina y bebidas alcohólicas y tabaco (0,1 por ciento), mientras que los del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas no variaron.
Por el contrario, los principales descensos los protagonizaron ocio y cultura (1,3 por ciento), hoteles, cafés y restaurantes (0,8 por ciento) y comunicaciones (0,1 por ciento).
Los carburantes y combustibles y productos energéticos se encarecieron el 0,1 por ciento.
El INE también difundió el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) que subió dos décimas y se situó en el 3,2% en tasa interanual, lo que sitúa el diferencial de inflación de España con la UE en un punto.
El secretario de Estado de Economía, David Vegara, destacó la necesidad de que los agentes económicos sean conscientes de lo perjudicial que sería trasladar el alza del crudo a los precios e indicó que el Ejecutivo confía en que «todo el mundo asumirá las responsabilidades que le tocan».
Aseguró que las mejores contribuciones para corregir la tasa de inflación a medio plazo son una política macroeconómica equilibrada, avanzar en eficiencia energética para reducir la dependencia del petróleo, impulsar la productividad y evitar los efectos de segunda vuelta -traslado del alza del crudo al resto de la economía, mediante la revalorización de los salarios y otros encarecimientos-.
Sindicatos y empresarios coincidieron al alertar del impacto negativo que en los próximos meses puede tener el alza del crudo en la inflación y el crecimiento económico, teniendo en cuenta el alto consumo de productos energéticos en invierno.
Al margen de las tensiones derivadas del encarecimiento del petróleo, UGT consideró que los problemas de inflación «tienen carácter estructural».
El PP criticó al Gobierno por no tomar decisiones que «hagan que el efecto de los precios sobre algunos sectores afectados disminuya».