Gaspar Llamazares advirtió ayer de que será coordinador general de IU «hasta el último día antes de la Asamblea» Extraordinaria, y aseguró que aunque duda de que vaya a presentar su candidatura, no renunciará a los aciertos de su gestión después de haberse «dejado la piel» durante cuatro años. Advirtió de no es una «pieza de caza» y de que «plantará cara democráticamente» en la Asamblea, en la que deberán «repartirse las responsabilidades» de la crisis. Después pediría disculpas por estas últimas palabras.
Llamazares resumió así sus impresiones, en un tono muy duro, tras seis horas de debate en las que distintos miembros del Consejo Político Federal de IU, entre ellos el secretario general del PCE, Francisco Frutos, exigieran su dimisión y que una dirección colegiada lleve las riendas de la formación hasta la Asamblea que se celebrará los días 10, 11 y 12 de diciembre.
Después de su discurso, el 71% de los presentes votó a favor del manifiesto presentado por la dirección, mientras que las propuestas de Llamazares sobre la política de oposición, contó con un 62% de apoyos.
El coordinador general de IU aseguró a sus detractores que no se va a «humillar» y que no es «un traidorzuelo», sino que defenderá «con dignidad» la labor de IU en las movilizaciones sociales que llevaron a la derrota del PP. «Me tendrán que arrancar con tenazas que mi dirección haya sido un fracaso total porque forma parte de mi biografía y ha habido cosas que he hecho bien» dijo Llamazares en la parte más encendida de su discurso.