El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, calificó así el proyecto de Ley de Presupuestos aprobado el viernes por el Consejo de Ministros y que ahora deberá ser tramitado en el Parlamento. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso basó sus afirmaciones en que las hipótesis de trabajo que se han empleado para elaborar las cuentas del Estado responden a criterios «voluntaristas» en vez de a «realidades».
Así, hizo hincapié en que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dicho que la previsión de crecimiento de la economía para este año, del 2,8 por ciento, no se va a cumplir, algo que, para Zaplana, conlleva que «difícilmente» se pueda lograr la de 2005, del 3 por ciento.
Además, añadió, el presupuesto se ha confeccionado sobre un precio del petróleo de 34 dólares, una cotización «muy diferente de la actual»; y la previsión de ingresos está «inflada en 7.500 millones de euros», advirtió.La razón que dio para que el Gobierno haya «hinchado» esa partida es tener un mayor techo de gasto con el que dar respuesta a los compromisos políticos que «adquiera» en el Parlamento a cambio de votos.
Zaplana también criticó el que en los presupuestos no se planteé ningún tipo de reforma en materia laboral o social. También rechazó el que el Gobierno haya decidido subir los impuestos en vez de bajarlos y no haya apostado por la creación de empleo, opinó el portavoz parlamentario, que llegó a la conclusión de que los presupuestos son «regresivos desde el punto de vista social».
Como ejemplo puso la «medida estrella» de deflactar la tarifa del IRPF y que según el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, supondrá un ahorro de 175 millones de euros para los contribuyentes.
De acuerdo con las cuentas del PP, una familia con dos hijos y renta baja sólo se ahorrará siete euros al año, frente a los 51 que no pagaría si en vez de deflactar la tarifa se incrementaran las deducciones, tal y como defendió Zaplana.