La solicitud del Gobierno de que, además del catalán, el valenciano sea reconocido como lengua oficial de la UE ha sido recibida con «preocupación» por la Generalitat catalana, pese a considerar que se trata de un «paso adelante», y con satisfacción por el gobierno valenciano, que apoya la propuesta.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha afirmado hoy que, con la inclusión del valenciano en su petición para reformar el régimen lingüístico de la UE, el Ejecutivo cumple la Constitución y ha subrayado que «no queremos entrar en una guerra lingüística».
Moratinos ha recordado que la Constitución establece que «son también lenguas oficiales de España aquellas que las Comunidades Autónomas, sus Estatutos de Autonomía, señalan como lengua oficial» y que la Comunidad Valenciana «señala que el valenciano es lengua oficial», por lo que el Gobierno «no puede hacer más que lo que indica la Constitución».
La iniciativa del Gobierno ha sido recogida con «preocupación» por el gobierno tripartito catalán, según su portavoz, Joaquim Nadal. Nadal explicó que con esta manera de formular la demanda ante la UE «se pone en cuestión una cosa que está fuera de duda, que es la unidad de la lengua» catalana.
En cuanto a la reacción de los partidos políticos, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, ha afirmado que «no queremos hacer batalla de esto y si conseguimos por partida doble el reconocimiento del catalán, mejor». El jefe de la oposición en Cataluña, Artur Mas (CiU), ha denunciado la «aberración científica y cultural» que supone la petición del Gobierno.
Por su parte, ERC está dispuesta a renunciar a que el «catalán» se mencione como tal en la lista de lenguas oficiales de la UE si ya se incluye al «valenciano ortodoxo», puesto que se trata de la «misma lengua», según su portavoz parlamentario, Josep Huguet.