Las muestras de metralla -puntas y tornillos- recogidas a mediados del pasado mes de junio por la Guardia Civil en la Mina Conchita, en Asturias, no coinciden con la empleada en los atentados del pasado 11 de marzo, informaron fuentes jurídicas.
Esa es la conclusión del informe pericial elaborado por el instituto armado después de que el menor Gabriel M.V., alias «El Gitanillo», declarara en esas fechas ante el juez de menores de la Audiencia Nacional que el ex minero José Emilio Suárez Trashorras no sólo facilitó los explosivos a los autores del atentado del 11-M, sino también la metralla para aumentar la capacidad destructiva de los artefactos.
Según las manifestaciones de «El Gitanillo» ante el juez, cuando el marroquí Jamal Ahmidam, «El Chino», acudió a la mina a recoger la dinamita, Suárez Trashorras le dijo: «no os olvidéis de coger las puntas y tornillos».Pocos días después de esa declaración, la Guardia Civil revisó la Mina Conchita, donde encontró varios paquetes de dinamita goma 2 inservibles y que alguien había dejado allí «por negligencia o descuido» y recogió muestras de puntas, tornillos y tierra.
Los análisis realizados posteriormente han determinado que la metralla colocada en los artefactos que explotaron el 11 de marzo en los trenes de cercanías en las estaciones madrileñas de Santa Eugenia, El Pozo y Atocha no es la misma que la que se encontró en la explotación minera.
El Servicio de Intervención de Armas de la Guardia Civil inspeccionó varias veces en 2003 la mina asturiana de donde se robó el explosivo utilizado en los atentados del 11-M, pero nunca detectó anomalías en el depósito de explosivos y detonadores ni en el libro de entradas y salidas de los mismos. Así lo refleja el informe, remitido ayer por el Gobierno a la Comisión parlamentaria del 11-M, que recoge la investigación desarrollada por la Guardia Civil de Asturias.
La Benemérita afirma además que la Fiscalía de Avilés frenó la investigación de la trama de explosivos, al no detectar indicios.