José Luis Rodríguez Zapatero y Pasqual Maragall mantuvieron ayer su primera reunión en el Palacio de la Moncloa. El jefe del Ejecutivo y el presidente catalán constataron durante la reunión de casi dos horas una nueva etapa de relaciones entre Gobierno y Generalitat y la «buena sintonía» entre ambos. Sólo un punto de discrepancia, la reforma de la Constitución, que el Gobierno mantiene limitada a cuatro puntos y que Maragall querría ampliar. De hecho, llegó a afirmar que «Cataluña es Estado y va a ejercer de Estado». Esto es lo que transmitió al presidente del Gobierno en la reunión que mantuvieron, de la que el dirigente catalán salió satisfecho, «con la sensación de que en España hay un Gobierno que entiende a Catalunya y lo que representa». De hecho, dijo que el Ejecutivo central tendrá un «trato especial» con Catalunya «en tanto que es Estado». Pero hubo discrepancias. Sobre todo en el reconocimiento de las nacionalidades históricas en la Constitución y la limitación de la reforma de la Carta Magna a cuatro puntos. De la primera, Maragall dijo que Zapatero recibió de forma positiva su propuesta de recoger esa denominación.
No obstante, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, matizó después que fue «un error de interpretación» lo que llevó a Maragall a pronunciar esas palabras, puesto que la propuesta del Gobierno sigue siendo la misma. «No se ha tomado ninguna decisión al respecto. Está claro que, si todo el mundo está de acuerdo, así será», dijo.
Siguen siendo cuatro los puntos de reforma de la Constitución que el Gobierno hace suyos. Sin embargo, Maragall recordó que hace sólo cuatro meses se hablaba únicamente de reformar el Senado. La Constitución, dijo, está «abierta por los cuatro costados», tanto como el Estatuto de Cataluña. En este sentido, dijo que el proyecto catalán está casi finalizado y no está dispuesto a esperar al final de la legislatura para realizarlo.