Apenas ha arrancado la comisión de investigación sobre los atentados del 11-M y ya se ve la primera polémica. Tras decidir PSOE y PP que no es conveniente llamar a declarar al ex presidente del Gobierno, José María Aznar, los grupos minoritarios creen que ambos partidos han cerrado un acuerdo de no agresión en este grupo de trabajo que impedirá que declare el jefe del Ejecutivo popular y también el de su sucesor en La Moncloa. La coincidencia final en no llamar a declarar a Aznar se suma a que, efectivamente, el PP tampoco ha llamado inicialmente a declarar a José Luis Rodríguez Zapatero.
La comparecencia de Aznar la han solicitado todos los grupos parlamentarios salvo PSOE y PP. Esta coincidencia, que ya se presuponía y que ayer confirmaron sus respectivos portavoces parlamentarios, ha despertado el recelo en los demás partidos sobre lo que se podrá sacar en claro en esta comisión.
«Sólo puedo moverme en el terreno de las presunciones y de la intuición, y me da la sensación de que no es éste el único factor que me hace pensar que hay algún tipo de pacto», dijo el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. El portavoz nacionalista en la comisión, Jordi Jané, advirtió a los dos partidos mayoritarios de la dificultad de explicar que se obstaculizaran las comparecencias solicitadas, entre ellas las de Aznar.De la misma opinión se mostró el portavoz de ERC, Joan Puigcercós, quien se mostró convencido de que ese «pacto de no agresión» podría llevar a cerrar en falso la comisión. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, dijo tener la sensación de que socialistas y populares han pactado las comparecencias, aunque sea «una equivocación y poner puertas al campo en una investigación tan amplia y tan compleja». Desde el BNG Francisco Rodríguez consideró «llamativo que no comparezca en la comisión el ex presidente del Gobierno, que estuvo al tanto de todo y era el máximo responsable político».