El Banco de España augura una «pronta desaceleración» de los precios de la vivienda que pondrá fin a la etapa de sobreva loración de los últimos años y que se mantuvo en 2003 con un incremento de los precios del 17%, según datos del Ministerio de Fomento. La autoridad monetaria dibuja en su 'Informe Anual 2003' un «escenario de absorción ordenada del desajuste» existente entre una oferta de viviendas que no ha sido capaz de satisfacer completamente la fuerte presión que ha ejercido la demanda.
La entidad recuerda que la vivienda en propiedad representa más de las tres cuartas partes de la riqueza total neta de las familias españolas, «una proporción que se ha visto sostenida en el pasado reciente como resultado tanto del dinamismo de las adquisiciones como del proceso de intensa revalorización que se ha venido experimentando desde 1997». Aunque dice que es «muy difícil» pronosticar el comportamiento futuro, el Banco de España cree que se producirá una absorción del desajuste connuna pronta desaceleración de los precios, «como ocurrió en episodios anteriores, de manera que se eviten reacciones que pudieran incidir en la capacidad de gasto del sector».
Por eso, sitúa a la vivienda como una de las prioridades que debe fijarse el Gobierno para asegurar el buen funcionamiento de la economía. Tras señalar que el fuerte crecimiento del precio de la vivienda den los últimos años refleja las restricciones sobre la oferta del suelo que aumentan las presiones sobre sus precios, afirma que la eliminación de estas presiones requiere una planificación urbanística más flexible y la aceleración de los procedimientos para disponer de terreno edificable. Además insta al Gobierno a mejorar el funcionamiento de los alquileres.
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, cree que la economía española pue crecer en torno al 3% en 2004 y 2005, pero no garantiza que esta situación se mantenga a más largo plazo, si el patrón de crecimiento no cambia de forma gradual, pues un modelo basado en la construcción y el consumo pone en riesgo la competitividad de España y la estabilidad financiera de familias y empresas no financieras. Caruana dijo que sólo un afianzamiento de la inversión productiva puede ir cambiando el modelo.