EFE-BRUSELAS/ANKARA
El ministro de Defensa español, José Bono, achacó ayer a una
eventual negligencia del PP y no a la malicia la muerte e
identificación de los 62 militares españoles que fallecieron el año
pasado en un accidente de aviación en Turquía cuando regresaban de
Afganistán.
José Bono, que ofreció todo el apoyo del Gobierno español a los familiares de las víctimas, compareció en una rueda de prensa en Bruselas y explicó que «por las pruebas que hasta el momento me llegan durante este mes como ministro, si ha habido alguna responsabilidad (en este caso) ha sido por fragilidad, por descuido, negligencia, falta de diligencia debida y en ningún caso por malicia, dolo o deseo de hacer daño».
«Tengo la convicción -agregó- de que si se ha producido alguna responsabilidad que sea exigible no le corresponde al ministro alentarla ni exculparla». En su opinión, «cuando se producen esas circunstancias, el ministro tiene que hacer lo que ha hecho, ayudar a las familias al máximo, darles cuantas ayudas soliciten en el terreno humano y pedir también piedad, perdón si fuera menester y asumir que no todos somos perfectos, que se han podido producir negligencias». «No vamos a negar a nadie ningún derecho y menos un derecho subjetivo, no vamos a condicionar ninguna ayuda al ejercicio o no de acciones», añadió.
Bono informó de que se ha hecho una encuesta a los familiares sobre si deseaban que se hicieran las pruebas de ADN a los cadáveres, si querían que se practicasen en Turquía o España y si consideraban que determinadas indemnizaciones o subvenciones no habían sido devengadas por parte del Estado. En una carta, también se les ha preguntado si estaban de acuerdo con que se erigiera un monumento para «perpetuar gratitud y gloria a unos soldados españoles que murieron en acto de servicio y también dónde querían que se instalara», declaró.