EUROPA PRESS-BACELONA
El secretario general del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer en
Barcelona que el nuevo presidente del gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, tendrá que dialogar con el resto de formaciones políticas
no sólo por «convicción», sino «por obligación» porque con 164
diputados y sin un pacto de gobierno «o dialoga o puede tener
problemas».
En un acto celebrado en Barcelona que reunió a un millar de militantes, Rajoy calificó el debate de investidura que finalizó el viernes como el de «las preguntas sin respuesta» y aseguró que Zapatero «generó incertidumbre en los grandes temas que preocupan a los españoles». El dirigente popular aseguró que el nuevo presidente carece «de un programa de gobierno» y, aunque celebró el «talante» y la «buena educación» de Zapatero, insistió en que «esto es compatible con fijar criterios en los temas fundamentales para España». «Espero que a partir de ahora conozcamos los objetivos del Gobierno», insistió.
Rajoy, que ironizó a lo largo de su intervención sobre el «buen talante» de Zapatero, insistió en que la «ausencia de un programa» es fruto de que los socialistas «tienen 164 diputados y no han hecho un pacto de gobierno transparente como se ha hecho siempre». Tras calificar de «débil e inestable» el nuevo Ejecutivo, lo que a su juicio «genera incertidumbre» y «desconfianza», Rajoy reiteró que ejercerán una oposición «propia de un partido con vocación de Gobierno», con «exigencia» y «lealtad».
«Somos un partido con vocación de Gobierno y no de bisagra o llave», aseguró, tras remarcar que nunca en la etapa democrática «tuvo un partido una oposición relativa mejor». Así, señaló que será «muy exigente» porque «no estamos dispuestos a que España pierda el peso y protagonismo». En su primer acto como líder la oposición, Rajoy pidió a todas las formaciones políticas que «empiecen a vivir de sus realizaciones y no de la crítica al PP», porque éste «ya no gobierna».