La satisfacción de los socialistas fue patente ayer tras la designación de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. El líder socialista recordó a sus diputados lo que ya les había pedido el día de la formación del grupo parlamentario, que sean «los ojos de la calle».
Dijo que es un orgullo asumir la presidencia del Gobierno en el mismo año en que el PSOE cumple 125 años de vida, y sobre todo tras una participación tan alta en las elecciones del pasado 14 de marzo. «Gobernaré para todos, respetando el interés general. Y para los españoles, lo mejor está por venir. A trabajar», sentenció.
Tras el debate, destacados dirigentes mostraron su satisfacción por tener de nuevo a un socialista en La Moncloa. Cristina Narbona aseguró que se trata de «un momento histórico» y Jordi Sevilla se mostró encantado de que «los mecanismos democráticos funcionen».
Para el presidente del partido, Manuel Chaves, Rodríguez Zapatero mostró «talante», «serenidad», y «tranquilidad» durante el debate. «Estoy convencido de que va a ser un gran presidente de España», sentenció.
También hubo alguna que otra crítica dirigida al adversario político. Al secretario de Organización, José Blanco, no le gustó que el portavoz parlamentario del Partido Popular, Eduardo Zaplana, se pasara buena parte de las intervenciones de Rodríguez Zapatero «más atento a su teléfono móvil» que a lo que decía el ya presidente del Gobierno, a pesar de lo cual no dudó en criticarle tras la primera jornada de la sesión.