FRANCE PRESS-RABAT
La ciudad marroquí de Tánger, en el estrecho de Gibraltar, citada a
menudo en la investigación sobre la matanza de Madrid, como ya lo
fue después de los atentados de Casablanca en mayo de 2003, se
perfila como un vivero de extremistas islámicos y un punto de paso
de los terroristas internacionales, a medida que avanzan las
pesquisas policiales. Jamal Zougam, para quien el juez dictó
prisión incondicional ayer en Madrid, es de Tánger. Mohamed Chaui
nació en la misma ciudad, mientras que Mohamed Bekkali, el tercer
marroquí detenido, es oriundo de la cercana ciudad de Tetuán.
«Los investigadores han establecido una lista de 20 sospechosos marroquíes que forman parte de lo que llaman la filial de Tánger», afirmaba ayer el diario 'Aujourd'hui le Maroc', recordando las numerosas pistas que han llevado ya hasta esa ciudad en la investigación de los atentados suicidas de 2003 en Casablanca.
El predicador integrista Mohamed Fizazi, residente en Tánger y que fue condenado a 30 años de cárcel, aparece como uno de los puntos de unión entre los atentados de Casablanca, que causaron 45 muertos, y los de Madrid, que dejaron 202 muertos.
Por otra parte, tres de las cinco personas detenidas el pasado jueves en España en relación con los atentados del 11-M son marroquíes, informó ayer el portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benbdela. Los detenidos marroquíes son Abderrahim Zbakh, de 33 años; Mohamed El Hadi Chedadi, de 38; y Farid Oulad Ali, de 34, según el ministro. Benabdela afirmó que estos tres marroquíes «están establecidos desde hace varios años en España, donde residen de manera regular».