El Ejecutivo considera acreditado que dijo siempre la verdad con unos documentos del Centro Nacional de Inteligencia y del Cuerpo Nacional de Policía. El CNI consideró «casi seguro» que ETA era la autora de la masacre del 11-M en un documento emitido a las 15.51 horas del jueves. En este documento exponía que ETA buscaba la misma «gran convulsión» que generó en 1997 el asesinato del edil del PP en Ermua Miguel Àngel Blanco. Y la policía comenzó a analizar a las 15.30 horas la furgoneta hallada en Alcalá de Henares, la que contenía siete detonadores y una cinta con versículos del Corán y que abrió la pista del terrorismo islámico, con lo que no podía conocer esa información por la mañana, como se apuntó en algunos medios.
El dato más importante revelado por Acebes es el documento del CNI que el Gobierno decidió desclasificar en toda su extensión, salvo en un párrafo que compromete la investigación. Según dijo, el CNI dio por «casi seguro» que ETA era la autora de los atentados en un informe emitido a las 15.51 horas, es decir, unas dos horas y media después de que el propio ministro del Interior compareciera para asegurar que «sin duda» la banda terrorista estaba detrás de la masacre. Ese mismo documento descartaba en principio la autoría de cualquier grupo terrorista islámico. «Con los datos disponibles hasta el momento, no puede afirmarse que alguna organización ligada a la Yihad pudiera ser responsable de la ejecución de estos atentados», leyó textualmente Acebes de uno de los párrafos del texto. Añade, además, que existen «ciertas similitudes» sobre los procedimientos y el objetivo del 11-M con atentados terroristas islámicos, pero las tacha de «lógicas en un atentado de esta magnitud».
Un segundo documento del CNI se refiere a la reivindicación que hicieron del 11-M las Brigadas de Abu Hafs Al Mari a un periódico en árabe con sede en Londres, que se conoció a última hora de la noche del mismo jueves. La conclusión de la Inteligencia española es que «resulta altamente probable que el comunicado haya sido efectuado por una persona efectivamente vinculada a la Yihad, pero carente del predicamento suficiente en la organización como para hablar en su nombre», lo que hace cuando menos «dudosa» su autenticidad.