La Caixa obtuvo en 2003 un beneficio neto atribuido de 840 millones de euros, cifra un 23,1% superior a la del año anterior gracias al impulso del negocio y a la ausencia de provisiones extraordinarias que penalizaron las cuentas de 2002. Las previsiones de la caja son mejorar sus resultados hasta alcanzar los 1.300 millones de euros al cierre de 2006. La caja incidirá en reforzar su identidad diferencial mediante la potenciación de las actividades sociales.
El presidente de la entidad, Ricardo Fornesa, explicó que para lograr esta ganancia la caja deberá mejorar su beneficio a un ritmo del 15% anual y conseguir una progresión anual del 12% en el negocio bancario o del 41% acumulado en los tres años del plan, hasta alcanzar los 290.000 millones.
Además subrayó el reto de elevar la rentabilidad sobre recursos propios desde el 15,4% actual al 18% y reducir la tasa de eficiencia al 50% con un refuerzo de su identidad fundacional y haciendo hincapié en su vocación de servicio a la sociedad en la que está implantada.
El plan incidirá en el refuerzo de la entidad diferencial de la caja, mediante la potenciación de las actividades sociales con el objetivo de complementar la cobertura de las necesidades básicas de la sociedad, garantizar el acceso universal a los servicios financieros para evitar la exclusión y potenciar el tejido productivo del país.
Por tipo de negocio, su pretensión es conseguir los 175.000 millones de euros en recursos de clientes gestionados, con un crecimiento anual promedio del 11% y subir el saldo crediticio a 115.000 millones con una progresión del 13% cada año.
Fornesa mostró su satisfacción por la trayectoria de la caja y por el aumento del volumen total de negocio en más de un 21% durante el ejercicio 2003. En concreto, el saldo de créditos aumentó un 21,4% y superó los 79.130 millones, impulsado especialmente por un aumento del 24,7% en las hipotecas.
La caja captó el pasado año 459.000 nuevos clientes, un 5,5 por ciento más superando los 8,74 millones. Los recursos totales de clientes ascendieron a 126.281 millones con un crecimiento del 20,2 por ciento, 21,2 por ciento en balance y 29,6 por ciento en fondos de inversión. Con esta progresión, la caja alcanzó una participación de 9 por ciento del mercado en créditos y recursos de clientes.El crecimiento del negocio bancario contribuyó a mejorar un 10,1 por ciento el margen financiero que se amplía al 13,3 por ciento se se incluyen los 531 millones ingresados por dividendos de participadas.
El pasado año el margen ordinario aumentó un 11,5 por ciento alcanzando los 3.614 millones, favorecido por un incremento del 4,3 por ciento en los ingresos por comisiones. Las procedentes de la actividad bancaria más tradicional como las derivadas de banca electrónica, transferencias o gestión de cuentas aumentaron un 16,4 por ciento y de fondos de pensiones y seguros un 15,9 por ciento.
Tras haber abierto 2.400 oficinas en los últimos 13 años, la caja sumó tan sólo 102 nuevas sucursales a su red y finalizó el año con 4.655 establecimientos, de los que unos 600 se mantienen en pérdidas. El plan estratégico es mantener una apertura de oficinas no superior a las 100 inauguraciones anuales.