El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, y los diputados Gorka Knörr y Kontxi Bilbao acudieron ayer a declarar ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por su negativa a disolver el Grupo de Sozialista Abertzaleak en la Cámara. Y lo hicieron en medio de un multitudinario respaldo de simpatizantes nacionalistas y de cargos de sus partidos. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, cree que una condena les ayudaría a «seguir luchando» e incluso advirtió que, si se se pide una pena de prisión para el lehendakari, Juan José Ibarretxe, «sí pasaría algo». Desde el Gobierno vasco se dudó de la legitimidad de «algún tribunal» e incluso de sumarse a «la estrategia de criminalización» que, a su juicio, se hace contra el nacionalismo.
Pocos minutos antes de las 10.00 horas, los tres imputados llegaban al Palacio de Justicia de Bilbao, sede del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, para declarar ante la magistrada de la Sala Civil y Penal, Nekane Bolado, instructora de la causa abierta contra los tres aforados por desobedecer la orden del Tribunal Supremo de disolver Sozialista Abertzaleak. Y lo hicieron acompañados por centenares de militantes, simpatizantes y cargos de PNV, EA e IU-EB.
Entre abrazos y gritos de ánimo, los tres entraron en el Palacio de Justicia. Todos los que se acercaron para prestar su apoyo a Atutxa, Knörr y Bilbao permanecieron a las puertas del Palacio de Justicia cinco horas, hasta las 15.00, cuando los tres imputados salieron a saludarles. «Por favor, os pedimos los tres, nunca olvidaremos lo que habéis hecho, pero que os vayáis cada uno a vuestros quehaceres, a vuestras casas y a comer también», les dijo Atutxa, ya que este asunto «va para largo». Atutxa declaró que «estamos totalmente serenos y nos consideramos apoyados por la mayoría de este pueblo».