Los Reyes de España y el Príncipe de Asturias presidieron ayer en la sede del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en un ambiente de emoción y tristeza, el funeral por los siete agentes del servicio secreto español asesinados el pasado sábado al sur de Bagdad. Don Juan Carlos, doña Sofía y don Felipe dieron uno a uno el pésame a los familiares de los fallecidos. El Monarca les impuso la Cruz Oficial de la Orden del Mérito Civil. Se espera que el Ministerio de Defensa también les condecore.
El acto se inició poco después de las doce del mediodía, en un improvisado templo habilitado bajo una carpa acristalada, situada en el recinto central de las dependencias del CNI, donde se congregaban, además de las familias, compañeros y amigos de los fallecidos. Los Reyes y el heredero de la Corona llegaron a las 12.05 horas al Centro, donde fueron recibidos por el presidente del Gobierno, José María Aznar, el ministro de Defensa, Federico Trillo, y el director de los Servicios Secretos españoles, el mallorquín Jorge Dezcallar, a quien el Rey saludó cariñosamente.
A continuación, don Juan Carlos y doña Sofía, visiblemente emocionada, y el Príncipe de Asturias, se acercaron a los familiares de los fallecidos para expresarles sus condolencias. El Rey tuvo también un gesto de afecto para el padre del sargento primero José Antonio Bernal, agente adscrito al CNI asesinado en Bagdad el pasado 9 de octubre, que estaba en el funeral.