El presidente del Gobierno, José María Aznar, corrigió ayer a su ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, al afirmar que «la vida, la situación en Irak es, sin duda, mejor que la que existía antes de la intervención« anglo-estadounidense.
Palacio declaró el lunes que «la vida cotidiana, sobre todo en Bagdad, está peor que en tiempos de Sadam» debido a la inseguridad.
La situación en Irak es «mejor porque ya no hay tirano en Irak, no hay campos de exterminio, ya no hay muchísima parte de la población iraquí que es sistemáticamente perseguida y sojuzgada», afirmó Aznar durante una rueda de prensa conjunta con su colega polaco, Leszek Miller.
«Es mejor porque la vida cotidiana de los iraquíes desde el punto de vista del aprovisionamiento empieza a mejorar», añadió Aznar.
«Los que no quieren un Irak estable y un Irak democrático, los que ejercen el terrorismo para evitarlo, son evidentemente residuos del anterior régimen y terroristas llegados a Irak» desde el exterior, aseguró Aznar, antes de concluir que «es un problema y hay que resolverlo».
Mientras, la forma en la que Aznar ha admitido errores en la gestión de la posguerra iraquí ha causado malestar en la oposición. El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, cree que Aznar ha reconocido errores porque se trata de una «evidencia inequívoca». Creen los socialistas que lo que está sucediendo en la posguerra es fruto de la equivocación de los gobiernos que respaldaron la intervención militar.