OTR/PRESS-VITORIA
La respuesta de los grupos parlamentarios a la presentación del
plan del lehendakari, Juan José Ibarretxe, siguió el guión
previsto. PP y PSE escenificaron un rotundo rechazo a la propuesta
de Ibarretxe por considerarla dirigida sólo a los nacionalistas, y,
en el caso del PP, una herencia política de ETA. Los socios de
gobierno del PNV, EA e IU-EB, apoyaron la propuesta, pero
aprovecharon el debate para marcar sus diferentes objetivos, más
independentistas y federalistas respectivamente que los de los
peneuvistas.
El líder del PP vasco, Jaime Mayor Oreja, aseguró que el proyecto de Ibarretxe es «una herencia política de ETA y una necesidad del movimiento nacionalista para la reagrupación del mismo». A su juicio, si el plan triunfa, se impondrá «el vértigo y la incertidumbre», puesto que tiene como única pretensión «asegurarse el poder para heredar a ETA cuando no puedan presentarse en las próximas elecciones autonómicas». Patxi López, secretario general del PSE, lanzó duras críticas al Plan Ibarretxe. Dijo que sume a Euskadi en una «parálisis total», que está impulsado por «sus obsesiones particulares», que presenta una Euskadi «oficial de quien se escucha a sí mismo, se mira al ombligo».
Y aseguró que el último año, desde que el lehendakari anunció su proyecto, se ha «perdido» para la convivencia, el entendimiento, el avance político y el desarrollo social. Acusó a Ibarretxe de mentir, y de presentar un proyecto «antidemocrático y reaccionario». El secretario general de EA, Gorka Knörr, manifestó su apoyo al Plan Ibarretxe y las propuestas recogidas en él que conjuguen «el necesario consenso social y los avances en el camino de nuestra emancipación nacional».