El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol convocó ayer las elecciones autonómicas para el 16 de noviembre, una fecha elegida para desmarcar estos comicios de los de la Comunidad de Madrid y que ha acompañado, en vísperas de la Diada, de un discurso solemne de agradecimiento a los ciudadanos tras 23 años de mandato.
Serán las primeras elecciones catalanas sin el concurso de Pujol como cabeza de lista de CiU después de 23 años, que deja su testigo a Artur Mas para medirse en las urnas con Maragall, en un escenario político en el que, si no hay mayorías absolutas, tendrán un papel clave los apoyos de ERC, PPC o ICV.
Pujol, comunicó a última hora del martes la fecha electoral al presidente del Parlament, Joan Rigol, y negó las acusaciones del PSC de que le transmitiera este anuncio antes al presidente del Gobierno, José María Aznar.
El presidente catalán ha justificado su elección del 16 de noviembre para que no haya «interferencias» con las de la Comunidad de Madrid debido al «espectáculo lamentable, penoso y bochornoso» de los socialistas, y ha destacado que «hemos demostrado que podíamos gobernar hasta el último día», en contra de los augurios del PSC.Asimismo, en su discurso institucional con motivo de la Diada, hizo una sentida despedida como presidente de la Generalitat agradeciendo a los catalanes su confianza de 23 años y marcando como metas el «refuerzo de la conciencia nacional», la aportación de la sociedad civil y «un grado de exigencia ética».