Rajoy, que se estrenaba como sucesor en el acto de proclamación de Josep Piqué como candidato a la Presidencia de la Generalitat, consideró que esta iniciativa sólo proporciona inestabilidad, mientras que Aznar criticó a los partidos que proponen estas reformas porque «son recetas para problemas que no existen».
Rajoy defendió la vigencia de la Constitución y los estatutos y acusó a los socialistas de querer imponer su modelo a otros «para disimular que no tiene rumbo fijo ni un modelo de Estado». El dirigente popular añadió que la Carta Magna y los estatutos reflejan la realidad histórica de una España plural y una Catalunya con su lengua y sus tradiciones.
«A Catalunya no le ha ido mal con esas reglas». Frente a estas «propuestas inestables» y frente a los «candidatos inconsistentes» del PSC «o débiles ante el entorno» de CiU, Rajoy presentó al PP como garantía de tranquilidad en el periodo que se abre tras el Gobierno de Jordi Pujol.El secretario general del PP centró su intervención en las críticas a las propuestas de PSC, CiU y ERC. «Quienes quieran dibujar mapas medievales, poner barreras a la iniciativa de la sociedad desde los boletines oficiales o los que prefieran guettos culturales no entienden que ya estamos en otro mundo», añadió.
El presidente del Gobierno abrió la convención con un discurso en la misma línea que el de Rajoy, insistiendo en sus críticas a las propuestas de reformas constitucionales y estatutarias de algunos partidos, o, como lo denominó el jefe del Ejecutivo: «las recetas para problemas que no existen». «¿Por qué cambiar lo seguro por el riesgo cuando España es un referente en Europa?», se preguntó.