El PSOE ve con optimismo la designación como nuevo líder del PP de Mariano Rajoy por lo que su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, ha emplazado al sucesor de José María Aznar a una cumbre entre ambos partidos para corroborar el «liderazgo y tolerancia» de Rajoy, lejos del estilo de «crispación» y «autoritarismo» del presidente del Gobierno.
El Ejecutivo declinó esta oferta y contestó al líder de los socialistas el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, quien le pidió que «normalice» primero su partido. IU espera que Zapatero «abra los ojos» y se dé cuenta de que Aznar y Rajoy «son clones».
Zapatero emplazó ayer a su homólogo del PP a organizar una cumbre entre los dos grandes partidos para comprobar si ha terminado o no la etapa de liderazgo de Aznar y su estilo de «crispación», y poder fijar así tres reglas de juego para el futuro: Excluir la unidad de España del debate partidista, garantizar el normal funcionamiento de instituciones democráticas como el Parlamento, la Fiscalía General o la televisión pública y recuperar el consenso en política exterior.
En su intervención ante el Comité Federal del PSOE, explicó que Rajoy tiene razón cuando proclama continuidad sin complejos porque, según explicó, es «corresponsable» del Gobierno Aznar y, especialmente, de conflictos sociales como los suscitados por la congelación salarial a los funcionarios, la reforma de la selectividad, la inseguridad ciudadana, la «manipulación» de la televisión pública o la presentación de la catástrofe del 'Prestige' «como una nimiedad».