La bomba que ETA hizo estallar la pasada madrugada en el concesionario de automóviles Goñi Motor de Leioa (Vizcaya) contenía cinco kilos de explosivo, según fuentes de la Ertzaintza. El atentado no causó víctimas, pero sí cuantiosos daños materiales. Esta acción terrorista contra una empresa ha provocado la reacción indignada de los empresarios vascos, que una vez más aseguran que no van a ceder al chantaje de los mafiosos.
El artefacto, que estalló a las doce y cuarto de la noche del viernes, contenía cinco kilos de explosivo, pero todavía no se ha concretado de que clase. La deflagación se produjo poco después de que la central de la DYA en Vizcaya recibiera una llamada en la que se anunciaba que haría explosión una bomba en una empresa de Lamiako, en Leioa. El comunicante terminó su mensaje gritando «¡Gora ETA militarra!»
Goñi Motor vende vehículos de las marcas Opel y Cadillac y tiene exposición, talleres propios y venta de vehículos usados y está situado junto a otro concesionario, Bikar Motor, de BMW. Ésta es la sexta ocasión en que ETA pone una bomba en Vizcaya en el último mes y medio, desde que el 14 de julio la Ertzaintza desactivó un artefacto en la parte de atrás de la feria de Muestras de Bilbao.