EFE-MADRID/PARÍS
Los tres presuntos etarras detenidos ayer en la localidad francesa
de Cahors tenían en la vivienda donde fueron arrestados dos
cartas-bomba, 448 kilos de clorato sódico y varias armas, además de
documentación falsificada. Según indicaron fuentes de la lucha
antiterrorista, una vez finalizada las labores para pesar el
explosivo hallado, las fuerzas de seguridad han determinado que se
trataba de 448 kilos de clorato sódico con los que se podría
obtener cloratita tras ser mezclados con otras sustancias. Según
las mismas fuentes, con los explosivos se podrían confeccionar
artefactos para 20 coches-bomba.
Además, los agentes se han incautado de una pistola, un subfusil, dos escopetas y un revólver del calibre 38, aunque siguen buscando dos pistolas más, ya que han encontrado sus fundas. También se ha hallado en el inmueble material electrónico aún por determinar, un vehículo con varios juegos de matrículas falsas, una troqueladora, placas de matrícula vírgenes para falsificar, teléfonos móviles y una fotocopiadora.
Los presuntos etarras tenían también en la vivienda abundante documentación falsificada española, francesa y europea, así como dos cartas-bomba. Con el explosivo incautado, los presuntos etarras podrían haber confeccionado al menos una veintena de artefactos para coches-bomba.
La Policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, han detenido a José Cándido Sagarzazu Gómez, Juan Miguel Illarramendi, ambos españoles, y al francés Claude Recart. En esta operación, según el ministro del Interior, Angel Acebes, se ha conseguido desarticular un «núcleo operativo logístico» de ETA en Francia, que se dedicaba a proporcionar los explosivos, vehículos y el material necesario para que los comandos de la banda cometieran atentados.