Gobierno, partidos, representantes del sector turístico y hostelero y sindicatos expresaron ayer su condena y rechazo a los atentados producidos ayer en Alicante y Benidorm e hicieron un llamamiento a la «serenidad». El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró que «la respuesta de todos» tiene que ser la misma: «serenidad para que los terroristas no logren perturbar la convivencia, y firmeza para que caiga sobre ellos todo el peso de la ley».
Expresó su solidaridad a los afectados y heridos y, especialmente, a los agentes de la Policía Nacional, que son -dijo- «la expresión de una nación que no se va a doblegar y que va a combatir siempre al terror». Aznar consideró «evidente» que ETA «trata de introducir lo que podríamos llamar la cuota anual de miedo en el descanso veraniego de los españoles».
El ministro del Interior, Angel Acebes, dijo que los dos artefactos eran dos bombas-trampa colocadas para multiplicar el riesgo y los efectos de los atentados, subrayó que «ETA atenta siempre que pude, cada vez que tiene una oportunidad» y agregó que «si no lo hace más es por la eficacia de las fuerzas de seguridad».
También desde el Gobierno, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y ex presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, aseguró que los terroristas de ETA están «acorralados» y cada vez tienen menos posibilidades de actuar, aunque «qué duda cabe que de vez en cuando pueden realizar una actuación puntual».